El mantón de Manila

El mantón de Manila es una de las prendas más características de la moda española y se relaciona íntimamente con Sevilla pero gracias a este artículo lo conoceremos con más detalle.

Orígenes

Cuenta la leyenda que fueron las cigarreras sevillanas las que le dieron uso a un delicado tejido que envolvía el tabaco llegado de América, bordándolo a su antojo y creando pequeños mantoncillos de colores con los que cubrían sus hombros… aunque esta teoría no está documentada, su romanticismo y belleza hace que siga escuchándose en numerosas localidades hispalenses. 

La teoría más extendida es que el mantón procede de China, aunque tomó su nombre de Manila, capital de Filipinas, por ser punto de partida de las rutas comerciales en la dorada época imperial española. Los chinos fueron los descubridores de la seda, y desarrollaron el arte de la sercicultura (fabricación y producción de seda), fueron los primeros en bordar con hilos de este material extraído de los gusanos de la seda. El mantón de Manila se realizaba en seda cosido con hilos también de seda. 

Se hizo muy popular durante el siglo XVIII en España e Hispanoamérica como complemento del vestuario femenino. Fue inmortalizado por pintores como Joaquín SorollaHermen Anglada CamarasaRamón Casas o Julio Romero de Torres

En la cultura tradicional del vestido femenino, el mantón de Manila se asocia a la mujer andaluza, la manola madrileña, el casticismo en la geografía universal de influencia hispana, el flamenco y la elegancia de corte exótico. 

Simbología 

El mantón de Manila es un lienzo cuadrado y de gran tamaño, de seda, urdido en colores varios, siendo los más clásicos el negro y el marfil.  Los colores fueron evolucionando, inicialmente los dibujos chinos eran flores autóctonas, como la flor de loto que significaba espiritualidad, los lirios que eliminaban la tristeza, las cestas que daban buena suerte, bambú, pagodas, pájaros exóticos, mariposas , paemias,….. fueron sustituidas por jazmines y claveles, elementos de las fiestas andaluzas, la Giralda y otros elementos ornamentales típico. 

Inicialmente se empezó a utilizar como un chal de abrigo, de hecho, el famoso Mantón Isabelino, lo llevaba Isabel II, y tiene los bordes bordados con flores y el centro vacío. Cada flor bordada en los mantones tenía un significado. Las violetas significaban pureza, las margaritas impaciencia, las rosas secreto y los girasoles lealtad.  

Técnicas y artistas

Antes de trabajar la pieza, se realizaba el dibujo sobre un papel y se perforaba; luego se marcaban con tizas las plantillas perforadas, dejando la marca en la tela que pasaba al bastidor para proceder a bordarlo. La técnica más habitual era el bordado a matiz o «acu pictae» (pintura de aguja), y dentro de ella la de bordado plano, con puntos de matiz chino, pasado plano y cordoncillo. La obra se cerraba con la colocación de los flecos o «flecado», modo o elemento heredado de los árabes, realizado también con hilo de seda y técnica de macramé, que se originó a partir del arte de realizar las redes de pesca. El flecado —un dibujo a base de nudos, formados manualmente— constituye una de las labores textiles más complejas y vistosas. Las artistas que los realizan son las flequeras. 

Por lo general, el mantón de Manila, como ocurre con toquillas, manteos y chales, se lleva sobre los hombros, doblado en sentido diagonal formando un triángulo y sus dimensiones varían ligeramente pero siempre deberán cubrir la espalda, alcanzando los extremos la punta de los dedos de cada mano con los brazos abiertos perpendicularmente al tronco. También suele llevarse anudado a un lado, a la altura de las caderas. Actualmente, se pueden observar en la pasarela de grandes firmas, vistiendo los cuerpos de las modelos, de distintas formas, siendo igualmente obras de arte, por ser diseños único y personal, que tardan meses en realizarse. 

Como todas las modas, el mantón de Manila tuvo su momento.  En pleno siglo XVIII la burguesía cubría sus hombros con esta delicada y colorista prenda.  Era protagonista de zarzuelas y letrillas, de cuadros y obras de arte.  Pero a medida que fueron pasando los años, la poderosa industria textil inglesa fue imponiendo a lo largo y ancho de toda Europa una nueva corriente estética donde los colores se perdían entre los tonos grises y opacos. Así fue olvidado por las grandes señoras, fue descendiendo de clases sociales, popularizándose entre mujeres menos adineradas. Hay constancia que en la exposición del 29 había un pabellón donde había mantones expuestos. De hecho, ese pabellón Mudéjar, diseñado por Aníbal González en 1914, hoy alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. 

El mantón de Manila es seña de identidad de nuestra tierra, y como dicen las grandes bordadoras, NUNCA SE PAGA UN MANTÓN EL PRECIO QUE TIENE, son piezas únicas, que se realizan por manos que tienen “un don”, desde pequeñas, con 12 años, con la primera puntada, ya sabían si iba a ser una buena bordadora. Se dedican muchas horas, dolores de espalda, de ojos, … lleva varios procesos de dibujo, tinte, bordado, los flecos, …. y el resultado es una OBRA DE ARTE.  

También es utilizado para engalanar balcones, por ejemplo, en Sevilla en la fiesta del Corpus. 

Mantones de Manila adornando fachadas para el Corpus de Sevilla

Desgraciadamente, el oficio se va perdiendo, ya que las niñas quieren estudiar otras materias y sin tanta dedicación, ya que la demanda a veces no puede rentabilizar tanto esfuerzo.  

La zona de Sevilla donde siguen manteniendo este arte, es en el Aljarafe, en concreto en Villamanrique de la Condesa, y las flequeras en Cantillana. 

La gran artesana bordadora, Ángeles Espinar Díaz, es afortunada de poder trasladar sus conocimientos a su hija y su nuera, y el resto de miembros de su familia que les ayudan en el negocio, llegó a tener a más de 100 bordadoras a su cargo, por lo que recibió el Premio de Reconocimiento a la Mujer Empresaria Sevillana por la Cámara de Comercio, por su trayectoria empresarial. Tienen el honor de poder disfrutar de estas piezas especiales la Reina Leticia, las Infantas, Camila Parker de Inglaterra, Isabel Preysler, Isabel Pantoja y otras artistas del panorama nacional e internacional, …y tantas y tantas señoras de España, Nepal, Europa y América.  En 2007, el Príncipe Felipe de Asturias, actual Rey de España, le entregó La Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes.

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Noelia Bailera Palomero

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